Champán submarino
18/07/2010
AFP - Un equipo de submarinistas halló en los restos de un navío en el
fondo del mar Báltico una botella de lo que se cree que es el más viejo
champán aún bebible en el mundo, un Veuve Clicquot que podría haber
enviado Luis XVI hacia 1780 a la corte imperial rusa.
El
sensacional descubrimiento de este vino espumante bicentenario, que aún
tiene efervescencia en el interior de la botella y con "un sabor
fabuloso" según una enóloga que lo probó, fue hecho a 55 metros de
profundidad en las costas de las islas Aaland, un archipiélago situado a
medio camino entre las costas suecas y las finlandesas."
Estamos
en contacto con (el fabricante de esta champaña) Moët & Chandon y
es seguro en un 98% que se trata de un Veuve Clicquot", declaró a AFP
Christian Ekström, jefe del equipo de submarinistas que hicieron este
descubrimiento."Hay un ancla en el corcho y (Moët & Chandon) me dice
que es el único en haber utilizado este emblema" en la región de
Champaña (este de Francia), explicó.El hallazgo se hizo el 6 de julio,
pero el equipo mantuvo el secreto hasta ahora. Hay al menos unas treinta
botellas en el fondo del mar Báltico, lo que les permitió pasar dos
siglos en condiciones de conservación óptimas: ausencia de luz y
temperatura fría constante.
"La
visibilidad es muy mala, apenas un metro. No logramos encontrar el
nombre del navío, ni una campana. Pude subir una botella para encontrar
una fecha", relató Christian Ekström." Según nuestros archivos la
botella es de los años 1780. Veuve Clicquot comenzó su producción en
1772 y las primeras cosechas fueron fermentadas durante diez años por lo
que no puede ser de antes de 1782. Tampoco puede ser de después de
1788-1789 cuando la Revolución francesa paralizó la producción",
indicó."Si fuese en efecto de esta manera, sería absolutamente
fantástico, las primeras botellas producidas" del célebre champán de la
viuda, subrayó. La botella, en muy buen estado pero sin etiqueta, fue
fabricada a mano y sobre el corcho figura la mención 'Juclar', de los
lagos de Andorra, de donde provendría la corteza del roble.
"El
vino es absolutamente fabuloso. Aun hay burbujas lindas y finas",
explicó a AFP Ella Grüssner Cromwell-Morgan, una enóloga de Aaland a
quien Ekström pidió que probara el precioso néctar tras el
descubrimiento."Una pista seria es que se trate de una entrega del rey
Luis XVI a la corte imperial rusa. El fabricante tiene el rastro de un
envío que jamás llegó a destino", según ella.Si la fecha y el origen son
confirmados, se trataría igualmente del más viejo champán bebible del
mundo, un récord que actualmente tiene una botella de Perrier-Jouët de
1825 degustado el año pasado por unos enólogos." Tengo aún una copa en
mi heladera y cada cinco minutos regreso para respirarlo. Tengo que
pellizcarme para creerlo", exclamó Grüssner Cromwell-Morgan.La experta
evaluó el precio de partida de cada botella para una subasta en unas
500.000 coronas suecas (68.000 dólares). "Pero si se trata efectivamente
del vino de Luis XVI podrían valer varios millones", dijo. El lunes se
realizará una reunión con las autoridades locales de Aaland para decidir
de quién será la propiedad de lo encontrado. El pequeño archipiélago de
habla sueca pero anexado a Finlandia tiene un gobierno autónomo.
Dos botellas de champagne, halladas en un barco hundido a finales del siglo XVIII, no solamente contienen el champagne más antiguo apto para el consumo humano, sino que ahora se han convertido en las más caras también.
Hace
unos meses un grupo de buceadores encontró en el Mar Báltico, entre los
restos de un barco hundido, unas treinta botellas de champán del siglo
XVIII. Sorprendentemente
esta bebida se había conservado en perfecto estado y los enólogos que
la probaron aseguraban que incluso había desarrollado "trazas de madera y
tabaco".
Situaciones como éstas han sido las que han animado a la empresa bilbaína Bajoelagua Factory para desarrollar un laboratorio submarino de envejecimiento de bebidas en Plentzia. Han sumergido unas 1.600 botellas para empezar, a pesar de que los módulos tienen una capacidad de 40.000 recipientes.
Estos módulos están sumergidos entre 10 y 15 metros de profundidad y tienen una altura de poco más de 3 metros, una dimensión que permite que las corrientes marinas circulen dentro. Cuentan con distintos sensores para recoger la información que posteriormente se vuelca en un innovador software de gestión de datos, así como con cámaras que permiten controlar el proyecto en todo momento.
¿El objetivo? Comparar los vinos envejecidos bajo el mar y los que envejecen en una bodega tradicional. Los investigadores se centrarán en el estudio de otros factores: ¿cómo se ven las botellas afectadas por las corrientes marinas y por la temperatura del agua? y, más concretamente, ¿cómo son colonizadas por conchas y crustáceos?
Este proyecto es por ahora un experimento, pero el objetivo es que en un futuro no muy lejano se pueda desarrollar un mercado en torno a estas bodegas submarinas para los viñedos interesados. Ya hay 14 Denominaciones de Origen de toda España (entre ellas Toro, Ribera de Duero, Jumilla, Rueda y Valdepeñas) que participan en el curioso proyecto.
¿Por qué este interés en el envejecimiento marino del vino? Porque según dice le da un sabor diferente, con un gusto a yodo. Saracho, director general de Bajoelagua Factory asegura que hay quienes afirman “que con la presión del agua, el vino envejece más lentamente. Nuestro interés es, pues, investigar qué sucede ahí abajo y aportar pruebas para saber si verdaderamente se modifica el gusto. Y si es así, por qué y cómo”.
Pero la iniciativa no se llevará a cabo sólo con vino, también se hará con otras bebidas como ron (huuuummmmmmm) o champán.
La estructura básica del laboratorio submarino, "el primero en el mundo de este tipo", según Saracho, forma un arrecife artificial en el que ya ha surgido vida. Dicen los expertos que éste será el futuro de la enología, sólo el tiempo lo demostrará y yo espero estar alli para probarlo !!!
Dos botellas de champagne, halladas en un barco hundido a finales del siglo XVIII, no solamente contienen el champagne más antiguo apto para el consumo humano, sino que ahora se han convertido en las más caras también.
El hallazgo del cargamenteo que se realizó en julio del 2010, donde se encontraron 145 botellas, se produjo en aguas del Mar Báltico, exactamente en el archipiélago de Aland, Finlandia.
Los submarinistas que
lo descubrieron quedaron anondados con semejante cargamento, por el
excelente estado en el que se encontraban los envases, que se
conservaron muy bien durante el tiempo que permanecieron sumergidos en
el agua. De inmediato los expertos en el tema comenzaron a analizar no
sólo el contenido de las botellas sino el diseño de los envases a fin de determinar la época exacta en que ocurrió el naufragio y la edad del licor, que según los especialistas pudo ocurrir entre 1772 y 1785.
Dos de estas botellas, una de la casa Veuve Clicquot y la otra de Juglar, fueron adquiridas por un conprador de Singapur, por la nada despreciable cifra de 54.000 euros, en subasta realizada en Finlandia. Los dineros recaudados por este licor, según anunciaron las autoridades de Aland, serán destinados a programas de conservación de las aguas en los mares.
Bodegas submarinas, el futuro de la enología
Situaciones como éstas han sido las que han animado a la empresa bilbaína Bajoelagua Factory para desarrollar un laboratorio submarino de envejecimiento de bebidas en Plentzia. Han sumergido unas 1.600 botellas para empezar, a pesar de que los módulos tienen una capacidad de 40.000 recipientes.
Estos módulos están sumergidos entre 10 y 15 metros de profundidad y tienen una altura de poco más de 3 metros, una dimensión que permite que las corrientes marinas circulen dentro. Cuentan con distintos sensores para recoger la información que posteriormente se vuelca en un innovador software de gestión de datos, así como con cámaras que permiten controlar el proyecto en todo momento.
¿El objetivo? Comparar los vinos envejecidos bajo el mar y los que envejecen en una bodega tradicional. Los investigadores se centrarán en el estudio de otros factores: ¿cómo se ven las botellas afectadas por las corrientes marinas y por la temperatura del agua? y, más concretamente, ¿cómo son colonizadas por conchas y crustáceos?
Este proyecto es por ahora un experimento, pero el objetivo es que en un futuro no muy lejano se pueda desarrollar un mercado en torno a estas bodegas submarinas para los viñedos interesados. Ya hay 14 Denominaciones de Origen de toda España (entre ellas Toro, Ribera de Duero, Jumilla, Rueda y Valdepeñas) que participan en el curioso proyecto.
¿Por qué este interés en el envejecimiento marino del vino? Porque según dice le da un sabor diferente, con un gusto a yodo. Saracho, director general de Bajoelagua Factory asegura que hay quienes afirman “que con la presión del agua, el vino envejece más lentamente. Nuestro interés es, pues, investigar qué sucede ahí abajo y aportar pruebas para saber si verdaderamente se modifica el gusto. Y si es así, por qué y cómo”.
Pero la iniciativa no se llevará a cabo sólo con vino, también se hará con otras bebidas como ron (huuuummmmmmm) o champán.
La estructura básica del laboratorio submarino, "el primero en el mundo de este tipo", según Saracho, forma un arrecife artificial en el que ya ha surgido vida. Dicen los expertos que éste será el futuro de la enología, sólo el tiempo lo demostrará y yo espero estar alli para probarlo !!!
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