Si tengo que elegir, entre todas las religiones, elijo los dioses de griegos y romanos, es decir, "clásicos". Me encanta la idea de que los antiguos consideraran a los dioses portadores de las virtudes y también los vicios de los humanos pero elevados a la máxima potencia... La mitología es divertidísima, una especie de "salsa rosa" pero en vez de tener escenarios cutres y personas deleznables está sita en el Olympo y sus protagonistas son dioses, héroes y bellas mujeres que son objeto de los deseos pecaminosos del dios de dioses...
UBI BENE IBI PATRIA... UBI MARE IBI PATRIA...
De la pléyade de estos dioses y como buceador por supuesto del que me declaro adorador confeso y gustoso es de Neptuno (para los romanos) y/ o Poseidón (para los griegos), dios de los mares, que reinaba el "reino intermedio" entre el cielo y el hades, hermano pues de Zeus y Plutón (Hades)... Su esposa era Anfítrite una Ninfa y antigua diosa del mar, hija de Nereo y Doris, con la que tuvo un hijo, Tritón, que era mitad-humano y mitad-pez.
Poseidón fue padre de muchos héroes, además de engendrador prolífico y variado (una vez tuvo un caballo como descendencia). Fue una especie de violador en serie de diosas y bellas humanas, algo ”normal” en la extraña y permisiva “moral” de los dioses... Que se sepa se benefició de grado o por la fuerza, o con engaños y disfraces (que ya se sabe que en el sexo todo vale) y tuvo descendencia, amores, sexo violento, fortuito, directo y o indirecto con: Agameda, Tiro, Álope, Amimone, Cene, Deméter, Medusa, Agameda, Álope, Amimone, Anfítrite, Arne o Melanipa, Astipalea,Calírroe,,Calquinia, Cánace, Celeno, Ceróesa, Ciona, Clito, Cloris, Córcira, Deméter, Etra, Euríale, Eurínome, Europa, Gea, Halia, Hipótoe, Ifimedia, Libia, Melia, Medusa, Melantea, Mitilene, Peribea, Quíone, Salamina, Satiria, Toosa, Tiro, además de unas cuantas desconocidas (la lista de los hijos me la voy a ahorrar la buscáis en wikipedia)...
No era un dios compasivo, sino que era mas bien reconocido por su ira tan implacable como el mismísimo océano: violento, lento, caprichoso e inconstante. Era el dios griego del mar y los terremotos. Tenía la reputación de tener muy mal genio. Las tormentas y terremotos eran una reflexión de su furia rabiosa. Cuando se enojaba, rompía las montañas y las tiraba al mar para formar las islas.
En la división del universo implantada por su hermano Zeus, Poseidón se convirtió en dios del mar tras un sorteo... Otros atributos del dios le identifican como dios de los terremotos y dios de caballos. Los símbolos que se asociaron a Poseidón incluyen: delfines, tridentes y lanzas y arpones. Sin embargo, Poseidón era una divinidad muy cambiante, y su temperamento era violento. Cuando estaba en un buen humor, el mar estaba tranquilo. En contraste, cuando estaba de mal humor, Poseidón hacía temblar la tierra, golpeando con su tridente y se sucedían terremotos causaba la ruina de las naves, y las hundía en lo profundo de los mares. Como dios del mar, también tiene poder sobre las olas, a las que puede sujetar, pero, en sus momentos de furia, al golpear su tridente puede arrojar rocas contra las costas, y en contra, con el mismo tridente puede hacer brotar manantiales. En su aspecto benigno, Poseidón se concebía creando nuevas islas y ofreciendo mares en calma. Cuando se enfadaba o era ignorado, hendía el suelo con su tridente y provocaba manantiales caóticos, terremotos, hundimientos y naufragios. Los marineros oraban a Poseidón para tener un viaje seguro, a veces ahogando caballos como sacrificio.
En la división del universo implantada por su hermano Zeus, Poseidón se convirtió en dios del mar tras un sorteo... Otros atributos del dios le identifican como dios de los terremotos y dios de caballos. Los símbolos que se asociaron a Poseidón incluyen: delfines, tridentes y lanzas y arpones. Sin embargo, Poseidón era una divinidad muy cambiante, y su temperamento era violento. Cuando estaba en un buen humor, el mar estaba tranquilo. En contraste, cuando estaba de mal humor, Poseidón hacía temblar la tierra, golpeando con su tridente y se sucedían terremotos causaba la ruina de las naves, y las hundía en lo profundo de los mares. Como dios del mar, también tiene poder sobre las olas, a las que puede sujetar, pero, en sus momentos de furia, al golpear su tridente puede arrojar rocas contra las costas, y en contra, con el mismo tridente puede hacer brotar manantiales. En su aspecto benigno, Poseidón se concebía creando nuevas islas y ofreciendo mares en calma. Cuando se enfadaba o era ignorado, hendía el suelo con su tridente y provocaba manantiales caóticos, terremotos, hundimientos y naufragios. Los marineros oraban a Poseidón para tener un viaje seguro, a veces ahogando caballos como sacrificio.
En la Ilíada Poseidón ayuda a los griegos, y en varias ocasiones toma parte activa en la batalla contra las fuerzas troyanas. Sin embargo, en el Libro XX rescata a Eneas después de que el príncipe troyano se rindiese ante Aquiles.
En la Odisea, Poseidón destaca por su odio hacia Odiseo (más conocido por Ulises), debido a que éste había cegado a su hijo el cíclope Polifemo. La enemistad del dios impide a Odiseo volver a su hogar en Ítaca durante muchos años. Incluso se dice a Odiseo, a pesar de su definitiva vuelta segura, que aplacar la ira de Poseidón necesitará más de un viaje por su parte.
En la Eneida, Neptuno sigue resentido con los errantes troyanos, pero no es tan vengativo como Juno, y en el Libro I rescata a la flota troyana de los intentos de la diosa por hundirla, aunque su principal motivación sea su disgusto por la intromisión de Juno en sus dominios.
El himno a Poseidón incluido entre los himnos homéricos es una breve invocación, una introducción de siete líneas que se dirige al dios tanto como «el que mueve la tierra y el baldío mal, dios de las profundidades que es también señor del monte Helicón y de la extensa Egas» y especifica su doble naturaleza como olímpico: «un domador de caballos y salvador de barcos».
En la Eneida, Neptuno sigue resentido con los errantes troyanos, pero no es tan vengativo como Juno, y en el Libro I rescata a la flota troyana de los intentos de la diosa por hundirla, aunque su principal motivación sea su disgusto por la intromisión de Juno en sus dominios.
El himno a Poseidón incluido entre los himnos homéricos es una breve invocación, una introducción de siete líneas que se dirige al dios tanto como «el que mueve la tierra y el baldío mal, dios de las profundidades que es también señor del monte Helicón y de la extensa Egas» y especifica su doble naturaleza como olímpico: «un domador de caballos y salvador de barcos».
Oh, gran Poseidón que dominas la
tierra y el mar incansable.
Oh, dios marino que posees el Helicón y el vasto dominio del Egeo.
Los dioses te han atribuido, trastornador de la tierra,
el doble privilegio de ser domador de caballos y salvador de navíos.
Nunca olvidemos que estos dioses perdieron todo su poder, todo su dominio sobre el destino de los hombres, toda memoria de sus hechos, cuando dejamos de creer en ellos...
Eduardo CONNOLLY
Eduardo CONNOLLY
(UN ARTÍCULO INTERESANTE SOBRE LOS GRIEGOS Y EL MAR: http://www.ucm.es/centros/cont/descargas/documento4801.pdf)
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